Disco aniversario
No os extrañe ver algún que otro hilo mío,
hablando de las discotecas. Después de todo, he pasado mucho tiempo en ellas, y
he vivido alguna que otra anecdota, afortunadamente, sin consecuencias
graves, pero pasando vergüenza propia alguna vez, y ajena, más veces. Pero hoy
no viene a cuento hablar de eso.
Así, de repente, me acordé que en septiembre
será el aniversario de mi visita por primera vez a una “disco”. De eso hace….treinta
años. Casi nada. Aún estaba en la mili. Fue un domingo por la tarde de principios
del mes mencionado. En realidad ya había asistido a otras salas de fiestas
improvisadas, como escuelas y talleres, que hacían los chavales para sacar
dinero para el viaje de fin de curso o excursiones. Pero lo que se dice ir a
una discoteca en toda regla, eso no ocurrió hasta el 4 de septiembre de 1.983
(o una semana más tarde). Pero me inclino más por la primera opción.
Esa fecha pudo haber sido antes, de no ser
porque yo estaba ahorrando para comprarme un radio casete por mi cumpleaños. En
un artículo anterior hablé de él, y me llevé al menos tres meses o más,
ahorrando hasta minimizar los gastos, provocando la rabieta de mis amigos;
sobre todo, de Félix, que amenazaba con no contar conmigo para salir, si
persistía en esa actitud. No es de extrañar por tanto, que cuando me metían
guardia en el cuartel los domingos, respirase un poco aliviado. Al principio las aborrecía, pero el ambiente
había cambiado. Septiembre de 1.983 no era el de 1.982. El ambiente había
cambiado, considerablemente, y las amigas de entonces, no eran sino una sombra
de lo que fueron antes ¿Por qué no tomarse la vida con calma?
Cuando por fin abrí la lata, descubrí algo
decepcionado, que el dinero no era suficiente. Tenía que haber ahorrado 10.000
pesetas más o menos (sesenta euros) y había poco más de seis mil (cuarenta y
tantos euros). Mi padre me acompañaba, y como regalo de mi santo, puso lo que
faltaba. Hago saber que mi santo es
cinco días antes que mi “cumple”.
Bien, ya tenía el radio casete. Se acabaron
las restricciones. Ahora, por fin, podíamos ir a la disco. Me acompañaban Félix,
José el gallego, y Luís el australiano. Dentro se encontraba la hermana de este
último, acompañada por sus amigas.
Lo pasamos muy bien, no podíamos quejarnos.
No sería la última vez que visitáramos esa discoteca; al menos, Félix, Luis y
yo. José, no. No le gustó. De hecho, lo advirtió antes de entrar. Sospechaba
que no era lo que buscaba, pero por una vez, no había problema. No nos extraño,
pues es un chaval que se toma la vida con filosofía. Hace mucho que no lo veo
por la calle. Lo mismo digo de Félix. Ese, a mediados de los 90 se fue a León,
ya que su padre trabajaba en una inmobiliaria. Al parecer tuvo problemas con su
socio, y tuvo que irse a otra ciudad a buscar trabajo. A Luís le fue peor. A
principios de los 90, tuvo alguna enfermedad. No sé si cáncer cerebral, derrame
cerebral, o algo parecido. El caso es que murió. Descanse en paz. Lo he echado
mucho de menos.
La discoteca cambió de nombre y de ambiente,
a principios de 1.994. Ya no te permitían la
entrada
si no vestías con elegancia. Volvió a cambiar, y a recuperar el nombre. Pero
hace tiempo que no voy por ahí ¿Quién sabe? Puede que algún día, me entre la
nostalgia y me acerque. De momento, le he hecho este homenaje en mi blog.
Pues me parece muy bonito hcer homenajes a recuerdos que nos son gratos. Aun eres muy joven para volver a revivir aquellos momentos
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto. La juventud no se mide por la edad, sino por la alegría de virir.
EliminarUn abrazo, Marian.
Bonito y emotivo homenaje. Las discos, una época y unas costumbres que marcaron una época.
ResponderEliminarLa primera vez que entré en una sonaba el éxito del momento: Suzi Quatro Chris Norman - Stumblin In.
De aquella yo lucía pelo negro y acné.
Un saludo
Yo también tenía pelo negro, que cada vez es más blanco. Una de mis canciones favoritas de mis primeras andaduras en discos era el tema "move un up".
EliminarSaludos.
Me gusta tu homenaje, hace aproximadamente un año que hemos recuperado una discoeca de la adolescencia, cuando entré el veano pasado parecía que había retrocedido a los 16 años, todo me pareció igual, incluso la música. Maravillosos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena. No hay nada más satisfactorio que recuperar algo que se perdió una vez.
EliminarUn abrazo.
Volver la vista atrás es un saludable ejercicio del presente. Gente, lugares, vivencias... Todo quedó en el pasado pero forma parte de la historia personal.
ResponderEliminarSaludos.
Así es, y ocupa un lugar de honor en el corazón.
EliminarUn saludo.
Es bonito recordar. Hay cosas que siempre quedan a pesar del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y si pudiéramos, hasta les haríamos un monumento.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Tio Antonio, acabo de regresar de mis largas vacaciones, casi tres meses, y me encuentro con una entrada de nuestros tiempos pasados.
ResponderEliminarSí, en mi juventud iba con frecuencia a las discotecas, pero casi siempre a una de buena reputación, pertenecía a Elena Francis, una señora que daba consejos por la radio y era donde mis padres me llevaban.
Fuiste constante para ahorrar para comparte ese radio casete, aunque tu padre te ayudará a comprarlo. Sí, eran otros tiempos, pero también felices.
Gracias por la música de los 80
Te dejo un beso de ternura
Sor.Cecilia
Gracias por la visita, sor Cecilia. Sí que me costó trabajo ahorrar. Pero valió la pena. Me suena mucho el nombre de Elena Francis, pero creía que era un nombre simbólico para un equipo de consultores de la radio.
EliminarUn besito.